
En estos días de indignación y repudio por el desprecio a la vida de otro ser humano, toca alzar la voz y entender que en lo que debemos entrar en consenso es en el rechazo a la violencia (más allá de los colores, la raza o la religión).
Siempre he escuchado que cuando caemos en la violencia, le restamos legitimidad al reclamo que estamos haciendo y es que, ciertamente, la experiencia me dice que el pensamiento de “enjambre” (por no decir masa) hace mucho daño a todos.
La invitación es a escuchar tu criterio, tu intuición y a recordar esta máxima que aplico cada vez que entra la duda: “Lo que está mal, está mal aunque todo el mundo lo haga. Lo que está bien, está bien aunque nadie lo haga”.

